(by www.bankiafintech.com)
El sector, en permanente cambio y crecimiento, genera ya en España empleo para 2.000 personas
Finance and Technology, de la unión de estos dos términos surge la palabra fintech. Bajo esta denominación se incluyen todas aquellas empresas de servicios financieros que emplean la tecnología para crear y ofrecer a sus clientes productos y servicios innovadores. Las fintech se están convirtiendo en empresas intermediarias abarcando multitud de ámbitos dentro del mundo financiero.
Aproximadamente un tercio de estas nuevas entidades ya están adscritas a la nueva Asociación Española de Fintech e Insurtech, que nació en febrero de 2016 y que agrupa tanto a las que operan en el ámbito financiero, como en el de los seguros. Estas últimas suponen alrededor del 10% del sector.
Contexto
El 75% de las empresas pertenecientes al sector fintech se crearon hace menos de cinco años.
En España, actualmente, operan alrededor de 215 fintech, según la Asociación Española de Fintech e Insurtech, aunque se trata de un sector en permanente cambio sobre el que es complicado hacer una foto fija que perdure en el tiempo, ya que, según la propia Asociación Española de Fintech e Insurtech, cada semana se crean dos o tres nuevas.
Se trata de un sector muy joven, donde el 75% de las empresas tienen menos de cinco años de vida. No obstante, algunas de estas empresas tienen plantillas de 200 empleados. El nuevo sector, en conjunto, ya genera empleo para 2.000 personas en España, una cifra importante, pero discreta si se compara con los 60.000 puestos de trabajo del Reino Unido.
Según los datos de inversión anual en 2015 de StartupXplore y Big Ban Angel, el sector fintech fue el que más capital riesgo e inversión de business angel captó. En lo que llevamos de 2016, la inversión en fintech sigue en los primeros puestos, acompañada del e-commerce, en una tendencia que apunta hacia la consolidación y estabilización del sector.
A nivel internacional, se estima que operan unas 15.000 fintech. Londres, Nueva York, Hong Kong, Silicon Valley, Berlín, Madrid, Tel Aviv, Nueva Delhi, Singapur, Ámsterdam y Sidney son las ciudades que más están destacando en este ecosistema.
Las fintech abarcan multitud de ámbitos: desde la inversión a los préstamos en todas sus modalidades (descuentos de pagarés, compensación de deudas, P2P, crowdlending, crowdfunding, factoring, hipotecas, etcétera) al ámbito inmobiliario, las divisas, el equity, los pagos, los robots, las finanzas personales, la infraestructura financiera, las gestorías financieras o la propia distribución.
Uno de los datos que auguran más desarrollo para este sector es el peso que cada día empiezan a tener en la economía la generación de los millennials, su público objetivo. Este estrato poblacional, que comprende a las personas que actualmente tienen entre 20 y 35 años, supone ya el 21% del consumo mundial. En España, ya hay nueve millones de millennials, una población que valora la experiencia del usuario, es nativa digital y demanda unas nuevas relaciones con las instituciones tradicionales.
Perspectivas
Aproximadamente, un tercio de las nuevas entidades de este sector están ya adscritas a la nueva Asociación Española de Fintech e Insurtech, que nació en febrero y que agrupa tanto a las que operan en el ámbito financiero como en el de los seguros.
En España, la gran capilaridad bancaria y su gran competitividad han generado una atípica situación en el país que tiene la mayor penetración de smartphone de Europa. El 88% de la población cuenta con uno de estos dispositivos, diez puntos más que la media comunitaria, según Deloitte, y sin embargo el uso de la banca móvil es similar a la media europea (39%), según KPMG.
La capacidad para atraer inversión de las fintech refleja el interés que han despertado, pues en 2015 captaron en España 130 millones de euros, un 21% del total de las start-up. A nivel internacional, se estima que las 15.000 fintech que operan recibieron, en 2015, una inversión de 22.000 millones de dólares según los datos de la consultora Accenture. Actualmente, en el ámbito global los dos segmentos que están despertando más interés de los inversores en start-up son el de la biotecnología y el de las fintech.
Un punto de inflexión
La interacción con el cliente, la rapidez en la generación de soluciones, la conexión con una nueva generación de clientes, la capacidad de disrupción y la gran experiencia para el usuario, que generan las fintech, son algunas de las cualidades que van a ayudar a innovar y a impulsar la transformación digital del sistema financiero internacional. Estamos ante un punto de inflexión, ante la mayor transformación que ha vivido el ecosistema financiero en todo el mundo, propiciado por una tecnología que acerca a los clientes a las nuevas empresas al tenerlas al alcance de su mano a través de los terminales telefónicos.
La colaboración entre la banca y las fintech es una vía que se está consolidando en la relación en el sector: la disrupción de la tecnología se combina con la confianza y la seguridad que requieren los consumidores. Diversos bancos internacionales han creado sus propias incubadoras y aceleradoras de fintech, algunos en exclusiva y otros de forma compartida.
Tecnológicas y start-up
Las fintech no está solamente compuesto por start-up. Las grandes multinacionales tecnológicas, especialmente las que controlan redes sociales y sistemas de búsqueda, también han entrado o tienen intención de entrar a operar en este sector, incluso algún operador de servicios telefónicos.
Muchos de los nuevos sectores que ha creado la tecnología han vivido una primera fase en la que la ausencia de regulación les ha permitido crecer sin limitaciones, hasta que una normativa por su interacción con otros, ha delimitado su campo de actuación. En el mundo de las fintech, tanto desde la banca como desde diversos organismos (World Economic Forum o la Comisión Europea, que ha puesto a las fintech en su agenda de trabajo para 2017) o los propios gobiernos, se ha instado a la necesidad de establecer un marco regulatorio claro. Las posturas van desde quienes desean un marco similar al actual de la banca por competir en igualdad de condiciones, hasta aquellos que promueven sistemas legislativos disruptivos que propicien el desarrollo de las fintech (como es el caso de Reino Unido, Australia o Singapur) pero dentro de una norma común.
El World Economic Forum en su último informe sobre las perspectivas del sistema financiero mundial aconsejaba abrir un debate sobre el uso ético de los datos, fomentar el diálogo entre entidades públicas y privadas, establecer normas estándar y proactivas, sistemas de control y una especial vigilancia en la seguridad. Al mismo tiempo, alentaba a los gobiernos a ser proactivos en el fomento del desarrollo de estos nuevos operadores en el mercado financiero internacional y establecer un foro permanente para ayudar a los supervisores a avanzar en la consecución de esos objetivos.