By EDGAR JUÁREZ

Ahí vienen las fintech y los bancos lo saben. De acuerdo con Bankia Fintech by Insomnia, en alrededor de 10 años esta industria tendrá cerca de 30% del mercado bancario en México. Por otra parte, según Temenos, firma de software para el sector bancario, 20% de los líderes de este gremio considera las financieras tecnológicas como su mayor amenaza.

En México existen de forma extraoficial alrededor de 160 empresas fintech de los diferentes rubros como crédito, fondeo colectivo, remesas, gestión de activos y seguros, por mencionar algunos.

Esto ha motivado a la mayoría de los bancos a acelerar sus estrategias digitales, ya sea con productos y servicios propios o colaborando con las fintech, contratándolas o incluso comprándolas. Por su parte, las autoridades financieras trabajan ya en un proyecto de regulación para esta naciente y creciente industria que podría quedar listo este mismo año.

Pero desde sus propias trincheras, los bancos vienen ya empujando sus estrategias de banca digital. BBVA Bancomer, por ejemplo, ha lanzado diversos productos ya sea en Internet o desde su aplicación móvil. Algunos de éstos son la billetera electrónica; la contratación de seguros y créditos, incluidos para vivienda, desde el teléfono móvil, por mencionar sólo algunos.

A finales del 2016 este banco tenía ya casi 4 millones de clientes digitales, lo que significa que realizan transacciones a través del portal de Internet, banca móvil, alguna de sus aplicaciones o vía SMS. La institución señala que “15% del total de las ventas de BBVA Bancomer son digitales y 40% de los créditos al consumo son a través de canales digitales”.

Santander, por su parte, tiene la intención de que para el 2019, la mitad de los clientes del banco use medios digitales para hacer sus transacciones. El año pasado presentó su Suite Digital, que incluye la apertura de cuentas sin acudir a la sucursal; una inversión digital que opera desde Internet, y la herramienta Mis Finanzas, referente a las finanzas personales. Pero además ya funcionan servicios como pagos y transferencias desde el móvil, y tienen en el radar otros productos como la billetera electrónica y una pulsera contactless para el segmento universitario, entre otros.

Citibanamex no se queda atrás y desde su aplicación móvil permite realizar diversas transacciones como consulta de saldos y movimientos y pago de tarjetas, por mencionar sólo algunos. A ello, se suma su banca por Internet, Bancanet. De acuerdo con directivos del banco, de los 13 millones de clientes que tienen, 1.8 millones usaban banca electrónica y 810,000 banca móvil hasta hace unos meses.

Banorte, otro de los bancos grandes, ha lanzado herramientas como la selfie para ingresar a las cuentas desde el teléfono móvil; o el inicio de la contratación de un crédito hipotecario desde el celular, entre otras transacciones clásicas a través de su aplicación.

Inbursa también anda muy activo en este tema. Desde su aplicación móvil se puede, al igual que Banorte, acceder a las cuentas con una selfie, además de que permite activar y desactivar las tarjetas de crédito desde el celular, lo que da mayor seguridad al inhibir el robo de identidad y fraudes.

Éstos son sólo algunos ejemplos de lo que están haciendo los grandes bancos en el tema digital. Pero otros como BanBajío, BanRegio y algunos medianos están haciendo lo propio. Incluso bancos más pequeños como Bankaool se autodenominan meramente digitales.

De acuerdo con la Asociación de Internet.Mx, siete de cada 10 internautas reportaron haber usado la banca en línea en el 2016, y la mayoría prefiere el Internet para ello, aunque las aplicaciones móviles van ganando terreno.

A decir de su encuesta, las principales operaciones que se realizan por estas vías son los pagos de servicios y transferencias, y quienes no usan la banca digital no lo hacen porque lo consideran inseguro, además de que piensan que el cobro de comisiones es elevado.

Sucursales digitales y laboratorios

Pero la estrategia digital de los bancos no se limita a desarrollar productos y servicios para Internet o aplicaciones móviles. Muchos de éstos están realizando millonarias inversiones en la transformación de sus sucursales hacia una línea más digital, en las que se hagan cada vez menos filas y se reduzca el tiempo de espera. Una característica principal de este tipo de oficinas es el cambio de cajeros por unos multifuncionales en los que ya no sólo se pueda retirar efectivo, sino también hacer pago de servicios y depósitos, entre otras transacciones.

Aunado a ello y considerando el auge que están teniendo las fintech, diversos bancos ya están desarrollando laboratorios digitales, que sirven como incubadores e impulsores de empresas financieras digitales.

BBVA Bancomer, Scotiabank, Gentera y BanRegio son algunos de los que ya tienen este tipo de centros, en los que trabajan con fintech.

En ascenso

Hoy México ya está catalogado como el principal mercado fintech de América Latina. De acuerdo con Finnovista, se tiene identificado un total de 158 empresas de este tipo, cuando en Brasil hay 130, en Colombia 77 y en Chile 56.

El Fintech Radar México ha identificado 10 segmentos donde se está concentrando toda la innovación en el mercado mexicano: pagos y remesas, préstamos, gestión de finanzas empresariales, gestión de finanzas personales, crowdfunding, gestión de inversiones, seguros, educación financiera y ahorro, soluciones de scoring, identidad y fraude, y trading y mercados.

En el 2016, a nivel mundial, diversos fondos invirtieron alrededor de 25,000 millones de dólares en el sector y la cifra está en ascenso.

Regulación, pendiente

Esto ha llevado a las autoridades financieras mexicanas a poner sobre la mesa un proyecto de regulación para el sector, mismo que ya se discute en su etapa final entre las autoridades. Por ello, podría estar listo este mismo año. En la necesidad de esto coinciden tanto autoridades como jugadores del sector, pues consideran que con reglas claras se detonaría la inversión y se daría certeza jurídica a los usuarios. Por ello, lo que se busca es no detener la innovación, pero protegiendo los recursos de las personas.