By Caterina Llopart

Una empresa, sea cual sea su tamaño, necesita servicios de financiación para asegurarse de seguir creciendo. Pero… ¿Cuál se adecua más a tu empresa? ¿Conoces los tipos de financiación a largo y corto plazo que existen? En este artículo te desvelamos algunos de los tipos de financiación a los que más acuden las empresas actualmente, ya sea en una entidad financiera tradicional o una Fintech.


H1: Alternativas de financiación a corto plazo

  • Descuento de pagarés: Identificamos tres partes importantes que interaccionan en esta tipología de financiación; el deudor del pagaré, la empresa que contrata los servicios de descuento de pagarés y la entidad financiera que presta los servicios. En este caso, la empresa presentará el pagaré a descontar antes de su vencimiento y la entidad bancaria anticipará el importe de este a cambio de unas comisiones o intereses. En caso de impago y dependiendo del tipo de descuento que estés realizando, la entidad bancaria se hará cargo o te cobrarán unos gastos de devolución junto a la deuda. El descuento de pagarés es una buena opción para aquellos que quieran disponer de su importe de forma inmediata y en algunos casos, asegurarse el pago de este.
  • Confirming: O también conocido como servicio de pagos a proveedores. Una empresa acude a una entidad de financiación y le cede la gestión de pagos a sus proveedores y les garantiza a estos el cobro de la deuda por parte de la empresa contratante. Esta última le envía las facturas a la entidad financiera, esta les comunica a los proveedores sobre la factura y les da la posibilidad de adelantar el importe antes de que llegue su fecha de vencimiento a cambio de unas comisiones. Con este servicio, la empresa se ahorra en costes administrativos y proporcionamos un servicio interesante a los proveedores.Financiacion
  • Anticipo de facturas: La entidad financiera se encarga de anticipar los recibos pendientes de pago antes de que estos alcancen el plazo de vencimiento. Este servicio pone a disposición de las empresas el importe de forma inmediata para que su empresa pueda seguir creciendo a cambio de unos intereses y comisiones. Es una fórmula flexible, pero, en algunos casos, de precio elevado. Es una buena manera de eliminar el riesgo de impago y un plazo de devolución alto.

H2: Alternativas de financiación a largo plazo

  • Préstamo tradicional: Una empresa acude a una entidad de financiación para que le preste un importe de dinero determinado con un tipo de interés que acuerdan ambas partes. Este préstamo se deberá devolver en el plazo de tiempo acordado y la empresa deberá ofrecer una garantía personal o real para que en caso de impago la entidad financiera quede cubierta. Las empresas suelen usar este tipo de financiación para ampliar su negocio, lanzar nuevos proyectos dentro de este o comprar bienes inmobiliarios. Dentro del préstamo tradicional encontramos distintos tipos; como es el caso del préstamo francés que requiere de una cuota constante, el préstamo alemán con una amortización constante o el préstamo americano en el que la empresa tan sólo pagará intereses mientras el préstamo esté en activo y devolverá todo el importe al finalizar el plazo de vigencia del mismo.
  • Leasing: Hay tres partes importantes en el leasing; el arrendador, la empresa que contrata los servicios de leasing y la entidad financiera que presta los servicios. En el leasing se pagan unas cuotas mensuales durante el tiempo que dura el contrato, pactado entre las partes. La empresa adquiere el derecho a uso de un bien inmueble o de equipo sin necesidad de ser el propietario. Esta es una buena opción para empresas que quieren iniciar su negocio y no disponen de capital para comprar en propiedad un inmueble, pero necesitan un espacio para llevar a cabo su actividad.
  • Renting o también conocido como leasing operativo:  En este caso, en comparación con el anterior, la figura del arrendador desaparece y es la misma entidad financiera quien pone el bien inmueble a disposición de la empresa y cobra las cuotas mensuales pertenecientes. Otra de las diferencias es que, en el renting, la empresa que contrata estos servicios paga el 100% de la cuota de arrendamiento que general oscila en un plazo de 1 a 3 años. Además, la empresa se hará cargo de las reparaciones necesarias, mantenimiento e impuestos del bien inmueble para que cuando termine el contrato, esta tenga la opción de seleccionar un inmueble parecido o quedarse el que posee por un valor residual, que suele coincidir con el valor de mercado.