Las remesas son el motor de muchas regiones de México, en donde prácticamente basan su desarrollo económico en la cantidad de dinero que les llega del extranjero y esto tiene un impacto social y cultural determinante, ya que sin otras fuentes de ingresos estas poblaciones no tendrían manera de sobrevivir.
De acuerdo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en 2016 el monto recibido por concepto de remesas fue 28 mil millones de dólares, siendo la principal fuente de ingresos para el país superando incluso los petroleros y turísticos.
Pero el desarrollo tecnológico y los avances para regular las nuevas empresas financieras con la Ley Fintech, abren nuevas posibilidades de modernizar el sistema de envío de remesas, con la posibilidad de que las personas tengan acceso a esos recursos desde sus dispositivos móviles o incluso en monedas virtuales.
“Una oportunidad gigantesca es el área de las remesas, el corredor de remesas más grande del mundo es México, ahí también hay oportunidad de usar esta innovación tecnológica, blockchain para brindarles servicios más accesibles, más eficientes y más transparentes a todos los usuarios “, dijo a Notimex Sebastián Acosta Checa, socio de la empresa fintech Isbit.
En este sentido, las autoridades no ven con malos ojos esta oportunidad y tal como lo señaló Bernardo González Rosas, titular de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro de la SHCP, “la industria fintech ayudará a que esos flujos de remesas lleguen más fácil y a través de muchos mecanismos, como pagos electrónicos o monedas virtuales”.
La cruda realidad de México
Pero si bien el acceso a dispositivos móviles, Internet y otras aplicaciones digitales ha crecido en México, la realidad es que existen muchas comunidades alejadas y fuera del radar de las empresas de telecomunicaciones, que aún no tienen acceso a estos avances tecnológicos, por lo que esta sería una de las dificultades a las que se enfrentarían las empresas fintech a la hora de hacerles llegar sus remesas.
Esto a pesar de que según la consultora The Competitive Intelligence Unit (The CIU), existen en México 94.4 millones de teléfonos inteligentes y esto abre la posibilidad de modernizar los sistemas de envío y cobro de remesas.
Pero tal como lo explica Isabel Cruz Hernández, directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (Amucss), la falta de acceso a Internet en ciertas áreas del país podría limitar estos cambios.
“El problema que vemos en inclusión respecto a las telecomunicaciones es que no hay cobertura para los más pobres y si esas familias no tienen celular ni Internet, no van a poder usar esos servicios; esto es una provocación para que pensemos cómo incluimos, de manera integral, con un modelo diferente, a las comunidades más alejadas”, detalló Cruz Hernández, y este sector es uno de los que más dependen de las remesas para su subsistencia.