La tecnología ha cambiado de manera sustancial el modo en que las personas se relacionan con las empresas. La banca no es la excepción, y muchas transacciones se concretan gracias a internet. Por esa razón es necesario entender el fintech vs bancos en Latinoamérica.
De acuerdo a un informe de Criteo, firma de publicidad digital de resultados, “hoy en día el 54% de las operaciones de compra se concretan vía apps, contra el 46% que se efectúan vía browser. Un contexto que se da, además, en un escenario donde las ventas móviles han crecido un 17% interanual”.
En Estados Unidos, Canadá y países europeos, la banca es más consciente de la versatilidad del usuario actual, por lo que han trabajado mucho para ofrecer alternativas que hagan la vida de esas personas más cómoda, y les tome el menor tiempo posible completar las transacciones más necesarias o urgentes.
¿Es Latinoamérica parte de esta tendencia global?
Latinoamérica poco a poco ha ido abriéndose paso en el uso de internet. Según el informe Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe 2016 de la CEPAL, el 54,4% de los habitantes de América Latina y el Caribe usó Internet en 2015, 20 puntos porcentuales más que en 2010. Esto refleja los avances en el acceso y la asequibilidad al servicio registrados en la región en el último quinquenio.
No solo eso: el informe señala que el acceso a conexiones de banda ancha aumentó en el período analizado, particularmente en la modalidad móvil, que pasó del 7% al 58% de la población entre 2010 y 2015.
Hay un sector en particular que ha marcando el paso de la innovación en materia financiera: los emprendedores Fintech. Ellos han cambiado estrechamente relacionados con las últimas tendencias tecnológicas para ofrecer una experiencia de usuario más conveniente en el uso diario de servicios financieros.
¿Cómo las Fintech se han insertado en Latinoamérica?
Startups y emprendimientos tecnológicos han seguido el ejemplo de países desarrollados, pero adaptando sus conceptos a la realidad latinoamericana.
Han dado un paso al frente y crean productos y servicios enfocados en solventar las necesidades de usuarios cada vez más abiertos a la tecnología para el manejo de sus finanzas personales y empresariales. La revolución Fintech ya está en suelo latinoamericano.
De acuerdo al informe Emprendimientos Fintech en América Latina, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo y Finnovista, tres de cada cinco empresas Fintech fueron establecidas entre 2014 y 2016, y reflejan el potencial del sector que perciben los emprendedores.
El informe señala que los distintos desarrollos tecnológicos que han tenido lugar durante la última década en el mundo, junto con los nuevos modelos de negocio que estos han generado, están alterando el status quo de la industria de los servicios financieros.
Resulta imposible analizar el sector sin tener en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías financieras y de los emprendedores o compañías “Fintech” que las implementan.
¿De qué formas las Fintech se integran en el espectro financiero latinoamericano?
Algunas de las necesidades que las Fintech latinoamericanas han solventado entre los usuarios de la banca tradicional u otros servicios financieros son:
Tecnología móvil: las personas viven todo el tiempo “on-the-go”, en constante movimiento. Salir de la casa sin el teléfono celular es algo que se evita a toda costa, y numerosos sitios web de diversas industrias han visto un incremento significativo en las visitas a través de dispositivos móviles. Así que más empresas buscan incorporar el acceso desde dispositivos móviles para completar transacciones –como Amazon, que permite comprar directamente desde la aplicación- y emprendimientos Fintech tienen entre sus finalidades facilitar el acceso a la información financiera de personas y empresas a través de estos dispositivos.
Cero complicaciones: “no tengo tiempo para nada” es un mantra del mundo actual. Por eso, lo último que un usuario de la banca o de servicios financieros desea es perder horas, incluso días, en largas filas y esperando más para resolver problemas que requieren su atención. Así que si existen alternativas en el mercado que les ayude a recuperar tiempo y resolver esos problemas más rápido que con métodos tradicionales, los usuarios estarán mucho más abiertos a adoptar esas tecnologías disruptivas.
Información unificada: esto resulta especialmente útil para las empresas de todo tamaño. Con la creciente implementación de sistemas CRM para una mejor gestión de clientes y prospectos, las empresas ven cada vez más la necesidad de unificar información y tener acceso a ella desde cualquier dispositivo, a toda hora y lugar. Esto incluye información financiera como ventas, órdenes de compra, inventarios, planilla, cuentas por cobrar y por pagar. Por ello, cada vez más empresas tecnológicas están buscando innovar y ofrecer servicios más integrales a empresas.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo las Fintech se han abierto paso en América Latina y el mundo. Una tendencia que lejos de desaparecer, seguirá acentuándose con el paso del tiempo, a medida que las personas y empresas sean más dependientes de la tecnología.
¿Quiere decir esto que los modelos bancarios actuales han quedado obsoletos?
No necesariamente. Aunque la tecnología avanza a toda velocidad y la región ha incrementado su acceso y uso de internet, la penetración de tecnologías relacionadas a servicios financieros en Latinoamérica aún dista de los porcentajes vistos en países desarrollados.
La adopción de estas tecnologías está en gran medida condicionada por la confianza que las empresas que presten servicios financieros –tanto la banca tradicional como empresas Fintech- sean capaces de despertar entre los usuarios.
En este sentido, la regulación juega un papel clave. Aunque una de las grandes fortalezas de las Fintech ha sido la inclusión de la población no bancarizada –para productos como remesas familiares, acceso a microcréditos, entre otros-, y al ver el auge que estas tecnologías han tenido, son más los gobiernos que ven la importancia de proveer un marco regulatorio capaz de asegurar aspectos clave como el acceso a la información confidencial de los usuarios y la protección de datos.
Según Laura Rojas, consultora e investigadora para organismos como el Banco Mundial en temas de innovación, “los gobiernos tendrán mucho que decir sobre cómo se desarrollará el sector financiero en el futuro. Una de las mayores preocupaciones es permitir la innovación de las Fintech al mismo tiempo de proteger los intereses de los usuarios y preservar la estabilidad del sistema financiero”.
Aunque la colaboración con el sector Fintech puede ayudar a la modernización de instituciones financieras, es importante que existan regulaciones apropiadas que faciliten este relacionamiento, como se da en la Unión Europea y en el Reino Unido.
Rojas también menciona otro aspecto clave: la inclusión financiera. Esta tendría efectos positivos muy poderosos para sectores desfavorecidos y para el desarrollo económico de muchos países emergentes.
¿Cómo puede la banca latinoamericana adaptarse a esta nueva realidad?
La interacción de los usuarios con las instituciones bancarias en América Latina ha ido complejizándose, dando paso a tendencias que hubiese sido difícil prever hace 10 años. El auge de la tecnología no implica que la banca se quedará atrás, al contrario, la clave está en conocer nuevas formas de hacer negocios que conecten con el usuario actual.
El futuro es ahora. La revolución FinTech ha llegado para quedarse, tanto en Latinoamérica como en el mundo.
Si deseas aprender sobre cómo la banca puede insertarse con éxito en el mercado actual, estás invitado al Congreso Latinoamericano de Derecho Financiero 2017, a realizarse en Quito, Ecuador el 11 y 12 de septiembre. Es un evento que cada año moviliza aproximadamente a 200 profesionales en derecho, firmas de abogados y funcionarios de instituciones públicas y privadas, además de profesionales vinculados al sector financiero y bancario de América Latina.