América Latina ha tenido en los últimos dos años un acelerado surgimiento de nuevas empresas financieras, basadas en plataformas tecnológicas, las cuales son conocidas como Fintech por la combinación en inglés de las palabras “financial technologies”, revela un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de Finnovista, una organización que fomenta el desarrollo de ese tipo de empresas.

Según un comunicado del BID, el acelerado surgimiento de ese tipo de empresas augura un profundo cambio en los mercados financieros, pero al mismo tiempo representa un desafío para los reguladores.

“El informe Emprendimientos Fintech en América Latina identificó a 703 emprendimientos en 15 países (incluido Nicaragua), con una oferta de soluciones que incluye todos los segmentos y las tecnologías que se observan a nivel global, dinamismo que favorece el surgimiento de una industria de servicios financieros digitales más innovadora e inclusiva en la región”, señaló el BID en su comunicado.

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Potencial 

Entre el 2014 y el 2016 se ha dado el mayor surgimiento de las empresas Fintech en la región, de acuerdo con el estudio. Un 60% de ellas nació en ese periodo.

“Tres de cada cinco empresas Fintech fueron establecidas entre 2014 y 2016, reflejando el potencial del sector que perciben los emprendedores. El estudio advierte que al mismo tiempo esto refleja que la mayoría de los productos y modelos necesitan madurar y crecer antes de que se conviertan en compañías sostenibles”, dice el comunicado.

La investigación refiere que de las 703 empresas, 15.1% se establecieron en 2014; 23.2% en 2015 y 21.8% en 2016.

El estudio además revela que “una de cada cuatro Fintech opera como plataformas alternativas de financiación, ofreciendo préstamos, financiamiento colaborativo (crowdfunding) o financiación por medio de la intermediación de facturas”.

“Otra cuarta parte operan como empresas de pagos, y del remanente hay segmentos como gestión de finanzas empresariales y personales, gestión patrimonial, seguros y bancos digitales”, agregó el comunicado.

Brasil, con 230 firmas; México, con 180; Colombia, con 84; Argentina; con 72; Chile, con 65 son los cinco países que concentran casi un 90% de las empresas Fintech en América Latina, aseveró el comunicado.

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Dado que las Fintech buscan resolver problemas concretos del segmento al que se dedican, el BID las considera “muy prometedor para abordar limitaciones a la inclusión financiera originadas por el lado de la demanda”.

Entre los emprendedores encuestados, 41.3% afirmó que su misión es servir a aquellos clientes que permanecen excluidos o subatendidos por el sector de servicios financieros tradicionales, ya sean personas o pequeñas y medianas empresas, indicó el organismo en el comunicado.

Gabriela Andrade, especialista en mercados financieros del BID, expresó: “Estamos presenciando una revolución en la manera en la que las personas y las empresas manejan sus asuntos financieros”.

“Además de lograr menores costos al adoptar canales digitales, las fintechs usan distintas fuentes de información y nuevas técnicas para evaluar a los clientes, su comportamiento y su riesgo, lo que permite llegar a los segmentos excluidos de una manera más asequible”, sostuvo Andrade.

Regulación

El BID considera que para que las Fintechs puedan desarrollarse más y lograr mayores impactos en la región, “será necesario profundizar el diálogo entre los emprendedores y quienes diseñan las políticas y regulaciones”.

Juan Ketterer, jefe de la división de Conectividad, Mercado y Finanzas del BID, argumentó que “los países mejor preparados en términos regulatorios podrán aprovechar (mejor) el impacto que las Fintech pueden ofrecer”.

Por ello, el informe del estudio recomienda, por ejemplo, una estrategia conocida como bancos de prueba regulatorios (regulatory sandboxes) temporales en los que las Fintech puedan operar, evaluar sus modelos de negocio y ofrecer sus productos en ambientes monitorizados, así como permitir una transición suave para los emprendimientos y sus entes de control hacia una regulación y supervisión adecuada, de acuerdo con el comunicado del BID.

“En países como Reino Unido y Singapur se están ofreciendo exenciones temporales sobre autorizaciones para las Fintech y se observa un papel más dinámico del sector público para crear un sistema de apoyo al sector. Otra tendencia recomendada es la creación de algún tipo de institucionalidad pública que sirva de interlocutor entre la industria y los responsables por la formulación de políticas”, mencionó el BID en el comunicado.

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Por su parte, Andrés Fontao, managing partner de Finnovista, comentó que “la colaboración entre las empresas jóvenes y los actores tradicionales de la industria es un elemento indispensable que debe cimentarse en América Latina”.

“La regulación (de las Fintech) es un factor que requiere ser tratado por gobiernos y legisladores, no con un fin restrictivo y de mayores controles, sino desde una perspectiva que promueva la competitividad y la innovación en el ámbito nacional y regional”, concluyó Fontao.