MADRID. El mundo financiero está en pleno proceso de transformación digital. A lo largo y ancho del sector, la banca y empresas de servicios financieros han empezado a dar los primeros pasos hacia un nuevo modelo que se adapta a las necesidades de los clientes, cada vez más digitalizados. ¿Está la banca española preparada?
El sistema bancario español es uno de los más interesantes del mundo y es innegable que algunos de los bancos más grandes desde una perspectiva global son españoles. Aunque tradicionalmente, a este tipo de bancos les ha llevado más tiempo moverse hacia el nuevo escenario tecnológico, cada vez vemos más claro la disposición e intención de la gran banca española hacia la renovación de su modelo. De hecho, en algunos casos, sin duda la conversión se está haciendo de forma ‘agresiva’ (desde su interpretación más positiva). Los bancos españoles han empezado con el primer paso para avanzar en este camino: analizar el escenario antes de ponerlo en marcha.
Entienden las nuevas necesidades y demandas del entorno y los clientes, saben que hay que renovarse, pues de lo contrario tendrán que admitir que se quedarán atrás en lo que se denomina la mayor ingeniería de inteligencia artificial del mundo: la tecnología aplicada al entorno financiero. El sector español está siendo muy agresivo a la hora de perseguir los nuevos modelos fintech. Hay un comportamiento globalizado en el sector de observar quién está colaborando y con quién. Hace tan sólo unos años, parecía impensable que un banco estuviera dispuesto a colaborar con su competencia para optimizar procesos y costes. Ahora, es algo cada vez más normalizado.
Por otro lado, la banca está haciendo una autoevaluación para detectar cuáles son sus puntos fuertes y servicios que saben ofrecer mejor y cuáles pueden externalizar. Y sobre todo, la forma de migrarlos. Creo que la táctica que está empleado el sector en España es inteligentemente acertada, primero evaluar cuál es la tecnología que les puede aportar más valor y, en segundo lugar, cuál es la forma más fácil de implementar el sistema, antes de adentrarse de lleno en la adquisición o colaboración integral. Que claro que España comienza a ser ‘agresiva’ en la inversión del amplio abanico de servicios tecnológicos.
Digitalizar el sector no sólo significa incorporar nuevos modelos y colaborar en la aplicación de sistemas abiertos Open API. El sector financiero tiene varias prioridades: elevar crecimiento, disminuir costes, digitalizar al máximo posible y contratar talento. Ésta última, es una de las prioridades más en auge de la banca. Tradicionalmente, el empleado más pagado de un banco era el empleado que llevaba la relaciones y las traducía en acuerdos cerrados con los que traer ingresos de millones de dólares.
Pero si hablamos del futuro de la industria financiera a día de hoy, hablamos de quienes van a desarrollar, por ejemplo, las aplicaciones móviles para un banco, que consigue llegar a millones de clientes y se traduce en millones de dólares. El empleo más valioso ha cambiado de disciplina, ahora el perfil es totalmente tecnológico. Algunos de los empleados más pagados en la industria son desarrolladores, personas que conocen y saben implementar algoritmos…
‘Segunda onda fintech’
Además, creo que no podemos pasar por alto que, aunque aún queda mucho camino por recorrer a nivel tecnológico, nos acercamos a la denominada ‘segunda onda fintech’, relacionado con el uso y el conocimiento que se tiene de los datos de los clientes, para aprovechar y mejorar su experiencia y los servicios que se les ofrecen, mucho más personalizados. Es decir, el modelo de Amazon implementado en la banca.
Esta nueva perspectiva precisamente traerá un nuevo tipo de talento, a los que se les pagará mejor dentro del sistema bancario que en Silicon Valley, pues la banca es de los pocos que pueden comprar talento y pagarlo. A pesar de los fantasmas sobre la banca europea, o bancos del sur de Europa, y pese a que probablemente competir por este tipo de talento puede ser algo más complicado, creemos que los grandes bancos de España están realmente bien posicionados para atraer talento y poder pagarlo. Europa sigue siendo una zona más atractiva para trabajar que EE.UU.